jueves, 25 de octubre de 2012

Estadistas y Mendigos




Las campañas publicitarias son fundamentalmente la manipulación demagógica de las masas. Mas cuando se está buscando un fin político que representa el acceso a la administración de millones de dólares. El botín de guerra de corsarios cuya única virtud es  la conseguir inversionistas  que le den dinero para ganar un concurso de popularidad llamado elecciones.

Una de las campañas más detestables (y al final del camino más dañina para el ideal que busca adelantar) es el de los estadistas que quieren vender la imagen que la estadidad es beneficiosa para Puerto Rico. Ya que esta se focaliza en los beneficios para Puerto Rico, en detrimento de los beneficios para otros estados.

El argumento más común para abogar por la estadidad para puerto rico es la obtención en ‘paridad’ en los fondos de los diferentes programas federales.  La realidad es que si Puerto Rico se le otorga la estadidad estados perderían escaños en el congreso. Pero más importante el presupuesto se achica por tener que repartirlo entre más personas. En otras palabras todos tendrán un pedazo de bizcocho más pequeño.

Sobre esto la intención de mendigar se hace patente con las campañas publicitarias que buscan el voto de las personas que no han de producir y contribuir a la Unión. En vez de buscar el voto de personas que producen, buscan el voto de aquellos que mendigan las ayuda federales.

Estos estadistas o asimilistas entienden que la ideología o capacidad no gana elecciones. Miedo y la promesa de beneficio, es lo que asegura la victoria electoral. Estas campañas dicen que ‘si fuéramos estado’ tendríamos más acceso a fondos de educación, medicaid, seguro social, etc.

Esta es la ambición de pobres mendigos o de corruptos que necesitan encontrar nuevas fuentes para robar.

 Al final del camino esto es contra producente. Estas alimañas estadista asumen la ignorancia o a un memoria corta de los estadounidenses. A sus acciones desacertadas le añade el insulto. Porque en algún momento estos anuncios serán traídos a la atención de quienes serán afectados por la admisión de puerto rico a la Unión.

En un Congreso donde la mayoría es conservadora. Donde los republicanos, con sus Tea Baggers (los teteros), y los demócratas conservadores, con sus perros azules, no han de aprobar un proyecto de estadidad a un país de mendigos. Que lo busca no es contribuir a la nación, si no ser una carga para ella.

Una desempleo real que sobre pasa el 20%, con un más de 40% de su población bajo el índice de pobreza, la cual depende de PAN, TANF, WIC, Seguro Social, Medicaid… donde no hay importantes centros industriales, manufacturas o agrícola, JAMAS, ni siquiera se le considerara para ser un estado de los EE.UU.

Una nación de mendigos es lo que los estadistas están construyendo para vender la idea de la estadidad. Voces como las del ex gobernador  Carlos Romero Barceló, ya son una minoría. Ya que este es uno de los que dice que unirse a los EE.UU. es asumir responsabilidades y beneficios en igualdad. Pero está madura actitud no atrae votos.

En vez de estar desperdiciando el dinero en campañas publicitarias que lo único que logra es engañar a la población e insultar a la nación a la que pretende unirse, se debería invertir ese dinero en proyectos que mejoren la realidad social y económica del país.  Para así construir una nación que los  EE.UU. desearían se uniera a su unión.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Para ser Independiente o Estado



Los elementos necesarios para que Puerto Rico logre la estatidad o la independencia son los mismos. Para que se alcanzar cualquiera de estas dos metas (y podríamos hasta argumentar por el ‘ELA Mejorado’) es necesario una estabilidad económica, una dignidad de pueblo y una voluntad colectiva a un mismo fin.

La estabilidad económica que se necesita no es la de tener una imprenta de billetes o que se pida (y obtenga) más ayudas del gobierno federal o algún gobierno extranjero. Para lograr la estabilidad económica es necesario que Puerto Rico comience a producir bienes reales.  Para poder ser económicamente estable se necesita poder suplir las necesidades de su población. Desde el cobijo, alimento, salud, educación y trabajo necesarios para la sobrevivencia hasta los lujos y los ocios que son la recompensa por un trabajo arduo bien ejecutado.

Un país/territorio que no produce jamás se le permitirá convertirse en un estado o podrá sostener una nación políticamente independiente.

Una economía que se fundamenta en el consumo y en las ayudas de un gobierno federal no es un país digno de la estadidad o de la independencia. Aclarando que la ‘independencia’ de otras naciones es un mito. Muy pocos países tienen todos los recursos necesarios para suplir las necesidades de su población. Por lo cual existe una interdependencia económica (a diferentes niveles) entre todas las naciones del mundo.

La dignidad de un pueblo se logra en la medida que este ha desarrollado un ‘orgullo patrio’. Podemos argumentar que no hay persona más orgullosa de su país que los estadounidenses (tal vez lo británicos le puedan hacer la competencia). ‘Proud to be American’, es una frase muy común del estadounidense. Ven la reacción de los estadounidenses al escuchar ‘The Star Spangled Banner’, ‘America the Beautiful’ o ‘The Pledge of Allegiance’. 

Esa misma reacción, ¿Se obtiene de los puertorriqueños? Más allá de los que están en el exilio o cuando se gana en deportes o certámenes de belleza.

Dentro de la ‘Unión’, es muy probable que no haya ciudadanos más orgullosos de ser naturales de su estado que los tejanos. Estos sienten orgullo de ser de la República de Texas, celebran sus fechas importantes, cuidan sus lugares históricos y recuerdan sus personajes famosos. Esto sin sentir vergüenza o ser estigmatizados por ese orgullo local.

Mexicanos celebran sus fiestas donde estén en el mundo, italianos e irlandeses conservan sus tradiciones, gallegos dicen ser primero de Galicia luego de España...

Sin embargo en Puerto Rico no se puede tener un verdadero orgullo de ser puertorriqueño. No el orgullo de ser puertorriqueño porque Barea o Cotto ganó. Es el orgullo de ser puertorriqueño por una larga historia de excelencia. Enorgullecerse de ser del mismo país que Hostos, Betances, Albizu, Barbosa, Muñoz y Ferré…

La dignidad como grupo étnico-racial comienza por conocer la historia de su país y reconocer los símbolos patrios. Nada tiene de malo que el puertorriqueño sienta orgullo de la Mono Estrellada como los tejanos sienten orgullo de su ‘Lone Star’.

Sin embargo, se estigmatiza al puertorriqueño que conoce y celebra su historia. Se le tilda de ser un ‘separatista’. Especialmente por esos morones que abogan por la ‘unión’ (o asimilación) con los EE.UU. Ese morón no entiende que sin orgullo de la tierra de dónde vienes, se está poco preparado para poder ser miembro de la nación donde sus ciudadanos sienten un orgullo casi irracional de ser parte de esa nación.

Finalmente es necesaria una voluntad para lograr la independencia o la estadidad. Se necesita una unidad de propósito y una meta en común. Mientras no exista una voluntad al cambio no habrá ni independencia o estadidad. Quedarse en el ‘statu quo’ no requiere algún verdadero esfuerzo. La inercia de lo cotidiano conspira para los cambios sociales y políticos que sean demasiado radicales.

Grupos estadistas e independentistas, unidos en plena participación decisional con grupos profesionales, de trabajadores, comerciantes y cívicos, deberían trabajar en conjunto para mejorar las condiciones económicas de Puerto Rico para que este puede sostenerse así mismo. Sin tener que depender de fondos federales o ayudas del extranjero. Creando una economía que pueda proveer las necesidades básicas de su población.

Además deben educar a una ciudadanía para que esta conozca y sienta orgullo de la historia, valores y tradiciones de su país. Completando el proceso al presentar la necesaria información, sin sesgos o engaños, para que tomen una decisión hacia donde quieren llevar los destinos del país.

Pero ese requiere una madurez cívica inexistente en Puerto Rico. Requiere de un liderato político serio, inexistente en Puerto Rico. Y que los mejores elementos de la sociedad puertorriqueña actúen responsablemente más allá de la demagogia, ignorancia y oportunismo político, inexistente en puerto rico.

En la actualidad Puerto Rico no está preparado para una independencia, ni tiene los elementos necesarios para que un Congreso de los EE.UU. le otorgue un pedido para la estadidad. Ni siquiera para lograr un ‘ELA Mejorado”.